Cosas que hacer, Playas y Calas
Cala Vadella
Cala Vadella es uno de esos lugares imprescindibles que todos los que viajen a Ibiza deben visitar.
Una pequeña lengua de arena que surge entre las montañas, un agua cristalina que no pierde la pureza del azul límpido del Mediterráneo y un pequeño pueblo que parece sacado de un cuento de hadas forman la escenografía perfecta en la que pasar una agradable tarde veraniega.
Para llegar a Cala Vadella hay que dirigirse hacia la zona suroeste de Ibiza, por la carretera PM-803. A lo largo de esta carretera se podrá disfrutar del paisaje interior ibicenco, así como de numerosos pueblos y aldeas en los que tomar productos típicos o comprar artesanía local. Una vez se haya llegado a la localidad de San José habrá que tomar el desvío oportuno en dirección a Cala Vadella y Cala Tarida, y en poco más de 10 minutos habremos llegado a este paradisíaco lugar. El acceso a la playa es muy sencillo, aunque la zona de aparcamiento suele quedar completa desde primera hora de la mañana.
Cala Vadella enamora al primer golpe de vista. Ubicada en un pequeño entrante de tierra rodeado de montañas, éste es un lugar de aguas tranquilas, resguardado del viento, en el que el verde de la vegetación contrasta de manera espectacular con el azul intenso del cielo y el turquesa del mar. Los alrededores de Cala Vadella, cubiertos de pinares y vegetación, son también un lugar idóneo para los amantes del senderismo, que podrán explorar los caminos aledaños para obtener una experiencia aún más completa.
Cala Vadella cuenta con todos los servicios turísticos imaginables: duchas en la misma playa, bares, restaurantes, cafeterías, tiendas de souvenirs, hoteles… Por todo ello no es difícil que sus escasos 260 metros de longitud se llenen cada día de turistas y gente del lugar, quienes buscan un espacio en el que relajarse y disfrutar del sol estival.
Por esto es recomendable visitar Cala Vadella a primera hora de la mañana. De esta forma se podrá apreciar el estado natural de un entorno único, idílico, aprovechando cada instante desde los primeros rayos del sol hasta el ocaso, cuando los recuerdos se difuminan y todo parece haber sido sacado de un maravilloso sueño.
